El riesgo de impago es para las Pymes la bestia negra de todos los riesgos. El valor de una cartera de buenos clientes pagadores es altísimo. Si la captación de un nuevo cliente es dura, que sea además cumplidor es un tesoro. Esto hace que nos preguntemos en qué sectores de actividad no existe riesgo de impago.
Uno de esos sectores -muy popular en la actualidad- son las Energías Renovables: Existen ya muchos empresarios que poseen o están proyectando una instalación fotovoltaica conectada a red en la cubierta de una nave industrial o una minicentral hidroeléctrica, por ejemplo.
Los propietarios de pequeñas instalaciones generadoras de energía con los que he tenido ocasión de cambiar impresiones, coinciden en resaltar la misma virtud acerca de dicha actividad: la seguridad del cobro. La mayoría de ellos son pequeños empresarios que gestionan otros negocios. Según ellos, las rentabilidades de esas inversiones son “discretas” comparadas con su negocio tradicional. Pero llama la atención que todos ellos -gente luchadora en su sector- enfaticen la seguridad de la venta y el nulo riesgo de impago como las mayores ventajas de las inversiones en renovables.
Es cierto que se asumen otros riesgos: Conseguir permisos; constitución de avales; trámites para el vertido de la energía, fuerte inversión inicial y cambios continuos de regulación.
Pero una vez puesta en marcha la instalación y cumplidos todos los trámites, la ley asegura cobrar la tarifa referenciada al IPC durante 25 años. Además, los flujos de caja constantes durante ese tiempo permiten un apalancamiento financiero altísimo de la inversión inicial.
Quizás sea su seguridad, más que su rentabilidad, el principal motivo de su popularidad entre los pequeños empresarios.
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