Uno de los factores que torpedean la liquidez de una empresa no sólo es la morosidad, si no también los retrasos en los pagos. Retrasos en los pagos en los que no siempre es culpa del deudor o no siempre es porque el deudor no quiera pagar.
Lo que tarda una empresa en cobrar sus deudas se mide a través del período medio de cobro, y podemos reducir este tiempo mediante un nuevo instrumento, muy sencillo y fiable: La factura electrónica o e-Factura.
La factura electrónica es totalmetne equivalenete a una factura de papel “de toda la vida” y consiste en la transmisión de las facturas o documentos análogos entre emisor y receptor por medios electrónicos y telemáticos, es decir, mediante un fichero electrónico y enviados de un ordenador a otro. Por supuesto, para darle validez a los ficheros informáticos, éstos han de ir firmados digitalmente con certificados electrónicos reconocidos.
Legalmente, la factura electrónica se define como “un documento electrónico que cumple con los requisitos legal y reglamentariamente exigibles a las facturas y que, además, garantiza la autenticidad de su origen y la integridad de su contenido, lo que permite atribuir la factura a su obligado tributario emisor”.
La e-Factura debe cumplir con tres requisitos esenciales:
- Se necesita un formato electrónico de factura de mayor o menor complejidad (EDIFACT, XML, PDF, html, doc, xls, gif, jpeg o txt, entre otros).
- Es necesario una transmisión telemática (tiene que partir de un ordenador, y ser recogida por otro ordenador).
- Este formato electrónico y transmisión telemática, deben garantizar su integridad y autenticidad a través de una firma electrónica reconocida.
Mediante este sistema de facturación, el envío de facturas (o cualquier otro ducumento) es instantáneo, es decir, no hay que imprimirla, no hay que meterla en un sobre, no hay que llevarla a Correos y no hay que esperar 2 ó 3 días a que llegue. Y a veces se “extravía” según el deudor. De esta forma, nos evitamos que Correos pierda las cartas o que el deudor la haya tirado “sin darse cuenta”.
Según diversos informes, el periodo medio de cobro (de media) de empresas sin factura electrónica es de 89 días, y la media de entre las empresas que sí utilizan la factura electrónica es de tan sólo 26 días.
También ofrece otra serie de ventajas, como reduccion de costes, reducción de trabajos y de tiempo administrativos, mejora de la eficienca y, sobretodo, optimización de la tesorería. El único contra, por llamarlo de alguna forma, es que tanto el emisor como el receptor de la factura deben estar de acuerdo en tener una facturación electrónica.
Por tanto, quizá sea una buena idea instalar la factuación electrónica en la empresa. ¿No crees?