La “dación en pago” es una figura jurídica habitual en las épocas de crisis: La dación en pago se produce cuando se entrega un bien en concepto de pago total o parcial de la deuda contraída. El ejemplo más usual es el de un promotor inmobiliario que se presenta en las oficinas del Banco y entrega las viviendas como dación en pago, con lo que queda saldada la deuda.
Sucede que normalmente el banco debe aceptar expresamente dicha entrega del bien y no tiene ninguna obligación de hacerlo. Desde el 2007, año que comenzó a enfriarse el mercado inmobiliario, bancos y promotores han usado y abusado de dicha figura por su total conveniencia.
Supongamos que la Caja de Ahorros de la Guindalera ha concedido un crédito de 10 millones de euros a la Promotora X para la consutrucción de 100 viviendas en el lejano PAU de Valdesangil, provincia de Salamanca.
Con el parón del mercado la Promotora no vende ni un piso y no tiene por tanto liquidez para devolver el préstamo que adeuda a la Caja de Ahorros. Entonces ambas partes se ponen de acuerdo para que las viviendas sirvan como pago. Tal operación beneficia a los dos: La promotora se quita de encima su deuda a cambio de unos pisos que no se venden. La Caja mantiene impoluta la aparente robustez de su Balance sin provisionar o llevar a pérdidas un crédito que en realidad es moroso e irrecuperable. ¿Ingeniería contable?.
En el Balance de la entidad antes figuraba un activo de 1o millones de euros por créditos y ahora figura 10 millones de euros por edificios. Nada ha cambiado. Los gestores de la Caja respiran aliviados. La morosidad sigue manteniéndose en niveles aceptables, pregonan.
Tres años después, el PAU de Valdesangil no tiene prespectivas de reactivación a medio plazo. Los tasadores afirman (en privado) que las viviendas que posee Caja Guindalera no valen ni mitad del precio que la Caja financió y pagó. Eso sin contar el lucro cesante de rentabilidad que se podría haber obtenido con ese dinero. También se comenta que dicha Caja cuenta en su Balance con 1.000 millones de euros de activos en situación similar procedentes de otras daciones inmobiliarias.
Los meses pasan y los Gestores de la Caja de Ahorros de la Guindalera, siguen afirmando satisfechos de tener los niveles de morosidad controlados. La Asamblea aprueba las cuentas. La auditoría legal es superada sin problemas y el Banco de España calla y otorga.
Durante 2010 el Banco de España ha despertado de su letargo supervisor haciendo un intento de obligar a Bancos y Cajas a aumentar considerablemente la provisión por los activos inmobiliarios dacionados y así estimular que la banca se desprenda de ellos. Esta medida ha traído consigo que en los últimos meses el conjunto de la banca haya aumentado discretamente la concesión de créditos para la compra de vivienda a particulares. Son en definitiva créditos para sanear el balance de activos zombies.
Otras entidades concentran todos esos activos en sus filiales inmobiliarias. El caso más llamativo es el de Servihábitat, propiedad de La Caixa, que realizó en 2009 una ampliación de capital de 1.000 millones de euros para adquirir imuebles propiedadad de su matriz. La filial carga con el muerto, pero el problema sigue en casa.
Lo expuesto con la hipotética Caja de Ahorros , ha sido norma en toda la banca durante 2008 y 2009. En 2010 las daciones han disminuído, principalmente porque no quedaban ya promociones que daciar. El Banco de España lo ha consentido. La evolución del sistema financiero español durante los próximos años está muy condicionada por el peso de esos activos. De ahí que los datos de morosidad bancaria publicados mensualmente sean puestos en duda mayoritariamente.
La dación es una figura que generalemente no está al alcance de los particulares morosos, que generalemente responderán con sus bienes presentes y futuros de la deuda contraída; aunque por proponerlo al banco que no quede.