En épocas inciertas, uno busca refugio en los clásicos. Por ello volvemos sobre Galbraith. Hoy con su Teoría de Ciclos de las Estafas que viene a decir que la comisión de delitos y su desvelo guarda un patrón directamente relacionado con el momento del ciclo econónmico. En los años de bonanza se cometen delitos económicos que no serán descubiertos hasta la posterior crisis. Es la “cartera de estafas”:
Para un economista, la estafa es el más interesante de los crímenes. Es la única ratería susceptible de ser estudiada usando el factor tiempo. Pueden pasar semanas, meses e incluso, años, entre la perpetración del crimen y su descubrimiento.
En un momento dado cualquiera existe un inventario de estafas no descubiertas en los bancos y otros negocios. Este inventario debiera llamarse “cartera de estafas”, al igual que “depósitos”, “cartera de valores”, etc. Las variaciones del volumen de dicha cartera siguen los movimientos de la coyuntura económica.
En los buenos tiempos el público vive relajado y confiado; el dinero es abundante. En estas circunstancias la tasa de estafas aumenta y la tasa de descubrimiento de estafas disminuye. Así la cartera de estafas se incrementa silenciosa y rápidamente.
En tiempos de crisis todos estos fenómenos se producen a la inversa. Se vigila el dinero con recelo, atención y sospecha. El hombre que lo maneja, es considerado deshonesto por definición mientras no demuestre lo contrario (y a veces, aunque lo demuestre). Se revisan las cuentas con meticulosidad y severidad. Se descubren entonces los delitos cometidos durante los años de bonanza. Entonces la cartera de estafas se desinfla. De igual forma en que el auge acelera la tasa de crecimiento de estafas, así también el derrumbe precipita la tasa de descubrimiento.
Si la teoría es cierta, la moda de casos de corrupción y estafa no ha hecho más que comenzar.
Cita relacionada:
“It was like riding a tiger, not knowing how to get off without being eaten.” Ex-Presidente de Satyam