Si eres emprendedor o tienes una pyme ya te habrás dado cuenta que el riesgo es una parte inherente en cualquier tipo de negocio. Comenzar no es fácil y gestionar tu día a día la actividad requiere estar pendiente de varias cuestiones como:
- Hacer un seguimiento del rendimiento y rentabilidad de una empresa.
- Planificación y cumplimiento de los objetivos y presupuestos.
- Analizar la situación para la optimización y mejora de las estructura de costes, así como las mejores inversiones económicas y financieras de las empresas.
- Planificar y gestionar contención y control de riesgos y establecer unas pautas en caso de toma de decisiones en situaciones de crisis.
En el siguiente artículo nos centraremos en la planificación y gestión de riesgos que es todo un reto para los pequeños empresarios. Lo ideal en un negocio pequeño es eliminar por completo todo riesgo, pero a no ser que contemos con un a gran suma de capital inicial es imposible.
Por eso, se suele ir poco a poco e ir revisando sus características de la gestión de riesgo a medida que el negocio va creciendo. Para valorar y conocer los riesgos de las pymes seguiremos unos sencillos pasos:
Identificar cuáles son los riesgos: normalmente son comunes en casi todas las compañías, aunque algunos son más del conocimiento del propietario como el punto de partida. Aquí tienes algunos ejemplos (de los muchos que existen) que no se pueden olvidar:
- Daños o pérdidas en la propiedad: los daños físicos que puede sufrir el local ya sea por accidente, pérdida o actividad delictiva.
- Pérdidas por responsabilidad: responsabilidad legal por daños y perjuicios que puedan derivar de la actividad laboral de la empresa.
- Lesión de empleados: bajas y costes derivados de enfermedades mientras se está en horario laboral
Evaluar y analizar la vulnerabilidad de la empresa: existen muchos riesgos dentro de la empresa es importante evaluar y cuantificar cuales merece la pena invertir en cubrir y cuáles no, ya sea por su probabilidad de ocurrir o porque el coste de la contratación es superior al de la reparación.
Elaborar planes de contingencia sobre los riesgos: si podemos evitar los riesgos mejor. Son muchas las empresas por ejemplo que invierten en prevención de riesgos para sus empleados, que contratan sistemas de seguridad por el miedo del robo en el inmueble, etc.
Compara antes de adquirir un seguro: a veces puede resultar una tarea pesada, pero elegir lo que mejor se ajuste a tus necesidades es un elemento fundamental para minimizar el riesgo. Los más comunes son:
- Seguro de responsabilidad civil general: es similar al seguro con el que contamos en casa o en el coche. Suele cubrir la responsabilidad legal por daños a terceros, daños materiales, gastos médicos y costes legales en caso de precisar abogado.
- Seguro de responsabilidad de producto: cubre los daños por responsabilidad en un producto defectuoso.