El “ciclo de morosidad” ha concluído una primera etapa de la crisis, en la cual el aumento de morosidad bancaria era debido principalmente al derumbe de las promotoras endeudadas hasta los huesos. En la actualidad la economía se encuentra en una nueva fase donde el aumento de la morosidad se debe más al incremento del desempleo producido en los últimos meses y su consecuente reflejo en los impagos de los créditos al consumo.
El Banco de España restalta en su Informe de Mayo de 2009 que la morosidad “sigue repuntando con intensidad” debido al aumento del paro y al ajuste del sector inmobiliario. El Banco de España recalca que el crecimiento de la tasa de impago no depende sólo de la posición cíclica de la economía, en recesión desde finales de 2008, sino también de la política desarrollada por cada entidad.
Por sectores, la construcción y promoción inmobiliaria presentan un aumento más intenso de la tasa de impago, pero que por tipos de producto, en el crédito al consumo refleja un nivel y ritmo de avance más intenso que en el crédito para la compra de vivienda, lo cual refleja la repercusión del aumento desempleo.
La economía española entró en recesión a finales de 2008, aumentando significativamente el desempleo, lo que, unido al ajuste en el sector inmobiliario, está incrementando fuertemente la morosidad.
El crecimiento de la morosidad no depende solo de la posición cíclica de la economía, sino también de la política crediticia desarrollada por cada entidad. Así, si bien es cierto que todas las entidades han expandido con intensidad sus balances bancarios y, en particular, sus carteras crediticias, no todas las estrategias de expansión han sido iguales. Incluso dentro de una misma estrategia, no todas las entidades han realizado la misma selección del riesgo de crédito. Además, no todas las entidades están demostrando la misma capacidad para gestionar el entorno mucho más complejo que existe desde agosto de 2007.
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