Como lo oyen. American Express está atravesando grandes problemas para reducir la alta morosidad de sus clientes de tarjetas de crédito. Como medida de choque, la compañía de pagos número uno del mundo está ofreciendo un incentivo muy agresivo a sus peores clientes: 300 Dólares si cancelan la deuda que tengan pendiente con Amex y se dan de baja en la compañía.
Lo que no saben los destinatarios de tan elegante oferta es que al aceptarla, su perfil de crédito se verá penalizado: En Estados Unidos todos los particulares tienen un “perfil de crédito” o “credit profile” que no es más que un credit scoring personal. Al cancelar una tarjeta de crédito, los sistemas de scoring consideran que disminuye la capacidad de crédito de la persona y probablemente se le penalizará por ello aumentando el tipo de interés del resto de tarjetas. A este respecto recomendamos la lectura del blog de Mike Shedlock.
American Express no ha manifestado cual es el número de destinatarios de la oferta. Aunque sí que ha comentado que por el momento se limita a clientes estadounidenses. Los clientes tienen hasta el mes de Abril para cancelar sus deudas y cerrar su cuenta con American Express.
American Express, a menudo posicionada como una compañía dirigida a público rico o bien posicionado, realizó los últimos años una agresiva política comercial llegando a segmentos del mercado más modestos, que ha tenido como consecuencia un aumento alarmante de la morosidad cuando la crisis ha hecho su aparición. En estos momentos, esa estrategia se ha vuelto en su contra y trata de ponerle remedio.
Tendremos que esperar a ver los resultados de esta estrategia, que recuerda a la que hace ya años practicaba Jesus Gil en Marbella con los individuos que consideraba “potenciales delincuentes”: les daba 50 euros y un billete de autobús para que se fueran a otro lugar.
Con esos clientes de Amex puede ocurrir lo mismo: La compañía pretende endosar parte de su riesgo de impago a la competencia pagando una cantidad cierta, en lugar de asumir un riesgo de impago contingente.
Desde hace meses las entidades financieras están empeñadas en trabajar sólo con buenos clientes, a pesar de ser muy pocos. Si la situación continúa, el sector financiero tendrá que someterse a un proceso de downsizing duro: demasiados bancos para tan pocos clientes.