Uno de los conceptos más utilizados y, a la vez, más sencillos de elaborar para evaluar la situación financiera de una empresa es el Fondo de Maniobra (también denominado Working Capital). El Fondo de Maniobra es una magnitud que nos indicará si una empresa dispone de los suficientes recursos para hacer frente a sus deudas más inmediatas. Es decir, nos puede indicar si una empresa es solvente o no.
Existen varias formas de definir su cálculo, aunque la más sencilla de entender o de recordar es aquella que establece que el Fondo de Maniobra es igual al Activo Corriente menos el Pasivo Corriente. Es decir, los activos más líquidos de una empresa (que se espera convertir en efectivo dentro del ejercicio económico) menos las deudas que tenemos que pagar durante el ejercicio económico. La diferencia entre estas dos partidas del Balance será el Fondo de Maniobra.
El Activo Corriente incluye las partidas de dinero y activos líquidos similares, activos inmovilizados que queremos vender, existencias, deudores comerciales a corto, etc., mientras que el Pasivo corriente incluye nuestras deudas a corto (tanto a proveedores, como bancos, suministros, etc.), provisiones a corto, etc.
El Fondo de Maniobra (salvo alguna excepción como las Entidades de Crédito o los grandes Hipermercados) deberá ser siempre positivo, puesto que es este caso el Fondo de Maniobra nos estaría indicando que la empresa tiene suficientes recursos económicos y financieros para hacer frente a sus pagos más inmediatos.
Si el Fondo de Maniobra fuera negativo nos señalaría que la empresa no tiene suficiente liquidez para poder hacer frente a sus pagos más inmediatos. Y por tanto, si en el momento actual (o en el momento en el que se realizó el Balance), una empresa no disponía de la liquidez necesaria para hacer frente a sus deudas, difícilmente ese empresa tendrá capacidad para endeudarse más, si, por ejemplo, nos quiere comprar a nosotros bienes o servicios y pagar a plazos.
Existen varias formas de obtener el Balance de una empresa y el balance será de una forma y otra dependiendo básicamente de qué tipo de empresa sea, aunque lo más cómodo y lo más sencillo es acudir a un especialista que te pueda proporcionar las cuentas anuales (y por tanto, el Balance) de cualquier empresa, independientemente de su tamaño, de su forma societaria, etc. como es el caso de Informa D&B, que nos puede proporcionar los Estados Financieros de cualquier empresa de una forma muy sencilla, y sin tener que investigar a qué registro hay que ir a solicitar la información.
Una vez que tengamos el Balance, calcular el Fondo de Maniobra es muy sencillo, como hemos visto: Activo Corriente – Pasivo Corriente. Sin embargo, hay que tener cuidado con el Fondo de Maniobra, puesto que un Fondo de Maniobra positivo no siempre es señal de buena salud. Obviamente, un Fondo de Maniobra positivo es (a priori) una buena señal, aunque es conveniente ir un poco más allá y analizar la composición del Activo Corriente, lo que nos dirá si el Fondo de Maniobra positivo es bueno o no.
Por ejemplo, una empresa puede tener un Activo Corriente de 1 millón de euros y un Pasivo Corriente de 500.000 euros. En principio, la empresa tendría un Fondo de Maniobra de medio millón de euros, lo cual estaría muy bien. Pero ahora si observamos el Balance más detenidamente comprobamos que:
Activos no corrientes mantenidos para la venta: 500.000
Existencias: 400.000
Deudores comerciales y otras cuentas a cobrar: 50.000
Inversiones financieras a corto plazo: 25.000
Efectivo y otros activos líquidos equivalentes: 25.000
Es decir, que la mayor parte del Activo Corriente lo forman activos no corrientes mantenidos para la venta (es decir, activos inmovilizados que esperan vender este año) y existencias. ¿Y qué pasaría si la empresa no es capaz de vender esos activos inmovilizados y no es capaz de vender sus existencias? Pues que resultaría que con 100.000 euros la empresa tendría que hacer frente a sus deudas de 500.000 euros. Y eso sin tener en cuenta que puede que no todos sus clientes le paguen.
Por tanto, la situación más deseable es que las partidas del activo más líquidas (deudores, inversiones y efectivo) sean (aproximadamente) iguales al Pasivo Corriente. De esta forma, si las ventas se ven reducidas no afectaría en demasía a su liquidez. Obviamente, lo normal es que las existencias se vendan y que los activos inmovilizados puedan también venderse, pero cuanto menos nos fiemos de una empresa, más requeriremos que los activos líquidos formen la mayor parte del Activo Corriente.
De esta forma, un Fondo de Maniobra positivo donde su composición se centra principalmente en activos líquidos será mejor que un Fondo de Maniobra donde la mayor aportación la realicen las existencias o los activos no corrientes que se pretenden vender.
Naturalmente, se podrían realizar un análisis más profundo del Fondo de Maniobra a través de las ventas previstas, las ventas realizadas en el pasado, qué inmovilizados se pretenden vender, las tasas de morosidad, etc., pero estos análisis ya requieren tener unos conocimientos mayores, y en este caso lo mejor es acudir a especialistas que analicen pormenorizadamente todos los estados financieros de la empresa en cuestión. El especialista en informes comerciales también nos puede proporcionar, a través de sus informes un exhaustivo y detallado análisis de cualquier empresa, con lo que si con el análisis del Fondo de Maniobra que hemos realizado no nos queda muy claro, nos despejará todas las dudas a cerca de la calidad de la empresa con la queremos hacer negocio.