La rentabilidad de una empresa se divide principalmente en rentabilidad económica y rentabilidad financiera. La rentabilidad económica, que es en la que nos centramos hoy, hace referencia a la eficiencia en la utilización de los recursos de la empresa, es decir, el comportamiento de nuestros activos con respecto de nuestros pasivos.
Las tres ratios más utilizadas para medir la rentabilidad económica de una empresa son:
Rentabilidad económica de la explotación:
Esta ratio nos mide la rentabilidad que obtiene nuestro activo por la actividad típica de la empresa. Cuanto mayor sea, mayor valor genera la actividad de la empresa.
ROI (Return On Investment, o Rentabilidad de la Inversiones):
ROA (Return on Assets, o Rentabilidad del activo):
Tanto la ROI como la ROA, nos medirán la rentabilidad del activo, y cuanto mayor sea, más fiable será la empresa. Sin embargo, ninguna de las tres ratios descritas tiene en cuenta cómo están financiadas las inversiones del activo. Por lo que habrá que completar su análisis con otras ratios.