Max Weber, en su famosa obra “La Ética Protestante y El Espíritu del Capitalismo“, cita en numerosas ocasiones a Benjamin Franklin (1706-1790), como teórico moralista del espíritu emprendedor norteamericano y su fuerte sentido puritano en la vida y los negocios.
Los principios de Franklin han sido criticados -sobre todo en Europa- por utilitaristas: Predicaba una rectitud moral en los negocios en tanto convenía para conseguir un fin: el enriquecimiento.
Aunque este blog no tiene entre sus objetivos debatir sobre Filosofía, nos resulta interesante publicar las siguientes citas en las que Franklin expone porqué es importante disponer de crédito y obrar con rectitud en los negocios.
Al fin y al cabo, en eso consiste la morosidad: en no cumplir lo pactado:
“Considera que el crédito es dinero. Si la persona a quien le adeudo un dinero deja que éste siga en mi poder, permite, además, que yo disfrute de su interés y de todo cuanto me sea posible ganar con él en tanto transcurre el tiempo. De tal manera se puede acumular una cantidad considerable si se tiene buen crédito y capacidad para emplearlo bien”.
“Considera que, conforme al refrán, un buen pagador es amo de la bolsa de quien sea. Al que se le conoce como puntual pagador en el plazo convenido, es merecedor en todo momento, del crédito otorgado por aquellos amigos a quienes no les hace falta”.
“Lo que más contribuye al progreso de un joven es la puntualidad y la rectitud en todas sus empresas. Así, pues, nunca debes retener el dinero recibido por una hora más de la convenida, a fin de que la bolsa de tu amigo no quede cerrada para ti en la vida”.
“Las acciones de menor importancia que pueden pesar en el crédito de una persona deben ser consideradas por ésta. El golpeteo de un martillo sobre el yunque, así sea a las cinco de la mañana o a las ocho de la noche dejará satisfecho, para seis meses, al acreedor que lo oiga; sin embargo, si te viera jugar al billar o reconociera tu voz en la taberna, siendo que en esa hora deberías estar trabajando, no dejará de recordarte tu adeudo a la mañana siguiente, exigiéndote el pago aun antes de que hayas podido reunir el dinero”.
“También, debes manifestar en toda ocasión que no olvidas tu deuda, procurando mostrarte siempre como un varón diligente y honorable.De este modo se consolidará tu crédito”.