En estos momentos de crisis mundial, nos encontramos que a quien más afecta esta situación de crisis es a las pequeñas y medianas empresas. Las Pymes están pasando por grandes apuros para subsistir en el día a día y la crisis ha golpeado en su línea de flotación, que no es otra que la tesorería, la liquidez… en definitiva el circulante de la empresa, que disminuye a pasos agigantados y provoca que una empresa totalmente viable, se vea avocada al cierre por no poder pagar sus deudas más inmediatas. Tres son las principales causas y varias son las recetas que podemos utilizar para salir de esta situación.
Las Pymes tienen ahora una mayor falta de liquidez básicamente por tres motivos:
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Reducción de ventas. En tiempos de crisis se consume menos (tanto empresas como particulares).
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Incremento de impagados. Muchas empresas no pueden hacer frente a sus deudas y dejan simplemente de pagar, lo que a una pyme puede suponer un verdadero problema de Tesorería.
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Los bancos cierran el grifo. Los bancos ya no están dispuestos a conceder préstamos tan alegremente y no se arriesgan a la hora de conceder un nuevo préstamo, o simplemente para la renovación de una póliza de crédito o una cuenta de crédito.
Ante estos problemas de financiación del circulante muchas empresas no saben qué hacer. Aquí van algunas recetas muy sencillas, que no requieren ser expertos economistas o financieros, y que espero que puedan ayudar a alguna empresa o empresario a pasar estos momentos:
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Despedir empleados. Obviamente, esta no es la mejor solución (desde mi punto de vista, ésta debería ser la última solución), pero en ocasiones es necesario y no nos queda más remedio. Habrá que ver cuidadosamente a quién se despide. Los criterios son dos: Primero, quien sea total y necesariamente prescindible (por ejemplo, porque en su departamento haya menos volumen de trabajo). Desde un punto de vista estrictamente empresarial y totalmente impersonal, las empresas “no son hermanitas de la caridad”, y aunque nos duela despedir a un empleado, es mejor despedir a uno (o a los que sea necesario) que cerrar la empresa. A ser posible, hay que transmitir al empleado los motivos del despido y que cuando sea posible nos gustaría contar con él/ella para el futuro. Segundo, (y de nuevo siendo fríos y sin mezclar sentimientos con decisiones empresariales) a ser posible habría que prescindir de aquella persona que lleve menos tiempo en la empresa, ya que de esta forma, su despido será más barato. Así, nos ahorraremos un sueldo (o varios), lo que no sólo implica el dinero que le damos al empleado, sino también un ahorro en los gastos de la Seguridad Social.
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Recortar gastos innecesarios. En numerosas ocasiones las empresas tienen una serie de gastos que no son necesarios para el desarrollo de la actividad, y que normalmente se tienen para mejorar la calidad del trabajador. Por ejemplo, si hay café, agua, snacks, etc. gratis para los trabajadores; suscripciones a revistas o periódicos, etc. Si se opta por esta medida, habrá que dejar claro a los trabajadores que se trata de una medida temporal y que en cuanto sea posible se volverán a restaurar estos servicios “extra”.
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Negociar con clientes. Los clientes son quien nos pagan y muchas pymes cobran cuando se entrega la mercancía, y mientras tanto la propia empresa tiene que sufragar toda la producción (compra del material, fabricación, almacenaje, etc.). Siempre se puede negociar con los clientes para que nos financien la producción, es decir, para que paguen por adelantado parte (o todo) del importe de la factura. Al menos lo suficiente para comprar los materiales que necesitemos. Esta medida no es fácil, pero siempre habrá clientes (normalmente “los de siempre”) que atiendan a nuestra petición.
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Negociar con proveedores. Podemos hablar con nuestros proveedores para renegociar los términos de nuestra deuda, de tal forma que nos sea más sencillo hacer frente a todas nuestras obligaciones. Podemos pedir un retraso de los pagos, fraccionarlos, etc. Esta negociación también será difícil (más que negociar con clientes) ya que probablemente nuestro proveedor estará en la misma situación que nosotros. Pero “más vale cobrar más tarde o ir cobrando poco a poco, que no cobrar”.
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Reducir stocks. Habrá que intentar reducir al máximo nuestro stock de materias primas o productos terminados. No es necesario producir al 100% si sabemos que no vamos a venderlo todo. Incluso se podría negociar con los proveedores que nos recomprasen parte de la materia prima que sabemos que no vamos a utilizar a corto plazo (obviamente, a un precio atractivo). De esta forma, ese material que no aporta valor a la empresa, se puede convertir en circulante para poder frente a nuestros pagos más inmediatos.
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Reducir suministros. Aquí entraría desde comprar folios más baratos, a bolis, papel higiénico, etc. Siempre que no afecten a la calidad de nuestro producto, ni suponga unas condiciones de trabajo inhumanas, claro está.
Para realizar todas estas medidas, es totalmente necesario contar con la complicidad de los empleados. Si la empresa está en una situación dificultosa, lo mejor es exponerlo a los empleados abiertamente para que se hagan cargo de la situación, para que entiendan el motivo real de las decisiones tomadas y para que entiendan que no es un capricho “del jefe”, sino medidas necesarias para la supervivencia de la empresa. Si no se hace así, la incertidumbre campará a sus anchas por toda la empresa, dando lugar a comentarios, supuestos y “cacharreos” que a veces exageran la situación y eso mermará muy mucho el ánimo de los empleados y su productividad. Porque los empleados son la parte esencial de una empresa y todas las medidas que se adopten deben intentar proteger al trabajador. Primero el trabajador y luego el resto.
Mis pequeñas recetas no son la panacea para sobrevivir, pero pueden ayudar a aliviar la situación a alguna Pyme. Seguramente existan otros remedios eficaces que se pueden adoptar para potenciar la tesorería de las Pymes y muchos de vosotros las habréis adoptado y por eso os agradecería y os animaría a que compartierais con nosotros vuestras recetas para intentar iluminar un poquito el camino a seguir ante esta crisis.
Hola. Nosotros somos una pequeña pyme industrial. Nuestro mayor problema es el alargamiento de los plazos de financiación de circulante. ¿qué hemos hecho?
Volvemos a usar el descuento por pronto pago de forma rigurosa, cosa que con los tipos tan bajos había entrado en desuso. Si en un pedido tenemos margen bruto del 9%, estamos dispuestos a quedarnos en el 6% con tal de generar la caja cuanto antes.
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